miércoles, 24 de noviembre de 2010

Truth*

Era más y más tarde, poco a poco el cielo nublado de la playa se había tornado un poco más azulado hasta volverse una mezcla de colores morados y azules.
Y ellos seguían ahí, ahora estaban sentados al borde del mar.
Él, Daniel, estaba sentado en la arena con las piernas abiertas, igual que la chica quien también se encontraba sentada solo que las piernas las tenia recogidas y se encontraba recargada contra el pecho del chico, quien le sostenía entre sus piernas y le abrazaba la cintura con cariño, de manera protectora y encontraba cómoda la manera en que podía recargar su barbilla sobre el hombro de la chica, de su chica.

Poco a poco ambos se habían olvidado por completo de la tormenta, del frío y aquel chico de cabello desarreglado había conseguido deshacer a la par el montón de hielo que cubría el corazón de la chica, y aunque ella aún se encontraba resentida y algo adolorida, se sentía protegida y segura.
Y mucho más que eso, se sentía querida.
Por eso no le importaba que las horas pasarán y simplemente disfrutaba la manera en que los brazos del chico se acomodaban a su cintura o su espalda se amoldaba a su pecho.
Así mantenían una platica tranquila pero, sincera.
"No desistiré hasta que vaya. Ya que vuelva será diferente"
"Esta bien. Sólo espero que no te enamores de un inglés"
"Jaja, eso también fue honesto. Claro que no, ni que estuviera loca"
El chico, Daniel, soltó una risa que ella sintió sobre su hombro y después este le plantó un beso en la mejilla que era su manera silenciosa de decirle lo mucho que la quería, así como fuera.
Alice claro, sonrió ante la caricia y sintió la necesidad de seguir con el juego.
"Aunque, bueno... eh, enamorarse y besarse, no es lo mismo, ¿no? Jaja, no es cierto"
"Sí, eso es cierto"
"No es cierto. Sabes que yo jamás haría algo para lastimar ese corazón que llevo entre mis manos"
"Eso espero" dijo y una sonrisa le iluminó el rostro, a modo de recordarle lo mucho que él confiaba en ella y que, pasará lo que pasara...
Justo en ese momento, como sí no se estuviera dando a entender lo dijo.
"Sabes que aún así yo no dejaría de amarte"
Esto último hizo que Alice sonriera aún más y que, con el poco espacio que le proporcionaban las piernas de daniel al rededor de su cuerpo se girara un poco, lo suficiente para que ambos ojos, oscuros y claros se encontraran fijamente y se quedarán atrapados uno en el otro.
Ella lo miró atentamente, sonriendo y poco a poco noto como su respiración se había vuelto casi imperciptible, sus labios se habían partido y respiraba en silencio por sus labios.
Y el chico cerró los ojos y se inclinó hasta alcanzar los labios partidos de la chica y llenó este pequeño hueco con sus labios, uniendose en un beso.
Esta era su manera de comunicarse, de prometer que jamás se lastimarían o que al menos, harían el más arduo de los intentos para evitar cualquier cosa que pudiera dañar al otro.
Pero más que eso, era la manera en la que se decían que se amaban, la manera favorita de ambos.

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