domingo, 14 de octubre de 2012

Mistake over mistake or was it the same mistake again?

Y vuelvo porque tengo algo que sacar, algo que suavemente se hunde cuando cree salir, algo que se pierde como un cuerpo en las arenas movedizas, estando tan cerca de estar a salvo, la profundidad me succiona de nuevo a su lodoso, arenoso interior.

¿Qué estuvo mal? No sé si fue decirlo, porque me siento mejor. Sentirlo, todavía me es inevitable. Esa incómodidad, esa sensación de ser el producto sobrante, esa falta de carácter donde te hace falta, que se acumula en alguna otra parte que en el momento adecuado, poco recuerdas.  Esto funciona de la misma manera. 
Y me siento mal, no de compartirtelo, parece lo adecuado, se siente tan bien. Lo que se siente fuera de esa sensación casi propia del cielo y de estar entre nubes, es que te hago culpable, te dejo con restos de ideas que me escondes y para saber lo que pasa por tu mente.
No quiero que me valga para el nunca de nuevo. Quiero hacerlo, volver a intentarlo, quiero retarme una vez más, quiero enfrentar al brutal, tremendo, intimidante dragón con la misma armadura, la misma espada pero con mayor habilidad, mayor fuerza y decisión. Decidida estoy de que eso lo cambiaría todo, mi suerte ante la poco favorable situación seria diferente. 

Y aun así he salido vencedora. En una pieza, al menos. ¡Mejor que situaciones anteriores! Quiero que diga el cartel que anuncie mi victoria. No he conseguido la cabeza del dragón, ni un trofeo o su equivalente pero he evadido las armas mortales más fieras -o dado el caso, a las que más les temía. 
Aunque en letras pequeñas les informo que si he salido herida, aunque levemente, lo han conseguido. Evadirles. Permítanme un instante con aquella palabra. 
No, no es la adecuada. Caí. Rotundamente he caido en sus trampas pero he escapado a mayor velocidad, tan solo sentí los tentáculos del vicio, me he esforzado a dejarme libre. Adiós a las garras de la bestia. Libertad, lucho por ti con cada gota de mi cuerpo, cada cabello que cubre mi cráneo. 

Lamento muchísimo, lider, oh gran rey, oh gran reina. Te he fallado en mi misión como soldado y no es que la armadura me venga larga o el entrenamiento me venga corto. No quiero decepcionarle, no quiero que piense que ha sido usted la que ha fallado.
Me inclino a disculparme y renuevo mis votos, mis esfuerzos no morirán sin una justa pelea. 
Y usted debe permitirme un viaje milésimo en busca de mi victoria, ahora personal. Siempre tan personal. 
Venceré. Ganaré mi gloria bien merecida. Dejaré detrás todo aquello que en alguna ocasión perturbo la mente de tan concentrado caballero. 
Y aun en este viaje llevo su nombre, su corona en alto. Lo hago acompañada de su majestad, de su grandeza. 

Olvide todo aquello que perturba su mente o acongoja su corazón, porfavor. Deme tiempo y prometo, aseguro lo mejor de mi y en mi próximo duelo, algo más parecido a una victoria.