jueves, 24 de febrero de 2011

I know it's not your business but, how am I supossed to feel?

Jamás lo había pensado, pero no soy vulnerable. No a ti.
He estado tan cerca, tu corazón latiendome en el oído... & aún así, tan solo sentí tu calor.
Y eso era todo.
Me he gastado tanto tiempo pensando: ¿a quién traiciono? ¿cuál era de todas, la más grande traición?
Y creo que... bueno, no lo sé, no lo he descubierto pero, me he hartado de luchar.
Llevo meses caminando, balanceandome en esta cuerda floja, a unos centímetros del agua, tanto que podía probar la humedad en mis labios cuando esta se evaporaba y como se adhería a mi piel.
Es injusto, obtener tan poco cuando tienes la posibilidad de tenerlo todo.
Quizá no todo, sino lo suficiente.
Y sigo mirando tu figura, sigo teniendole afecto, sigue acelerando mi corazón. Así será siempre, no tiene porque detenerse, pero perdoname por dejar de luchar.
Por dejar de caminar.
Me he despertado, me he dado cuenta a penas de lo poco que llevo recorrido, eso que llevo tanto tiempo caminando.
Y es tonto, es tonto desear caminar hasta alcanzarte, es tonto considerando el número de veces que tu te dejaste caer.
Y esos ojos que alguna vez reconocí míos en mi reflejo en el agua, ahora no tienen sentido, no parecen más que un par de luces que brillan con esperanza.
Porque hay un rostro más, se dispersa y se mantiene, un rostro dentro del agua que pretende invitarme a dejarme caer.
Confieso que jamás había tenido tantas ganas de hacerlo, de ser obediente.
De dejarme llevar.
Así que dejaré que sus ojos castaños me atrapen, que sus tímidas manos tomen las mías, que sus brazos me envuelvan y me guién.
Tal vez si soy una chica avariciosa, pero hay algo en esa figura que se mantiene bajo el agua, algo que me ha hecho detenerme por completo en mi camino, algo que me hace mirarle y perder, no solo mi conciencia, si no perder algunos latidos de mi corazón.
Me hace contener el aliento, me hace preguntarme, ¿qué hay con él?
Así que disculpame, no olvidaré mi trayecto, pero ya no quiero luchar; así tengas que mirarlo tomar cada uno de mis dedos y con el más ligero empujón, deberás verme caer.

viernes, 18 de febrero de 2011

Will I ever give the right message?

Lo siento, lo siento tanto. Por todo lo que me he estado perdiendo, por haberme dejado llevar.
Estaba sentada en la arena, disfrutando de la hermosa vista de la marea,sentía la dulce espuma acariciarme los dedos y retirarse, hasta que miré por el rabillo del ojo a este chico, que me miraba igualmente y día tras día simplemente esa era nuestra rutina, caminaba hasta mi lugar en la arena y me sentaba, a mirarnos en la distancia.
Dejabamos que las palabras que ninguno decía volaran en el aire y de alguna manera, nos involucraban, creaban un canal por el cual nos comunicabamos, hasta que cada día dabamos un paso más hasta estar cerca del otro, sentados uno al lado del otro, hasta que solamente quedaba un paso que dar.
Y alguien se sentó entre nosotros.
Entonces la rutina se volvía incómoda, era molesta, al menos de mi parte. Dejé de voltear a mirarlos, cuando comprendí que ella se había ganado mi lugar en menos tiempo.
Dolía, dolía de alguna manera, sobre todo cuando miraba al frente, perdida con la vista en el horizonte y por el rabillo del ojo te veía, tan cerca que casí podía tocarte, tan cerca que era incluso doloroso el pensamiento de tenerte tan cerca y no poder... tocarte.
Aunque jamás lo hice, mis manos deseaban hacerlo con tanta fuerza que incluso sentía las líneas de tu piel bajo la yema de mis dedos.
No he comprendido, jamás lo hecho pero cada mañana aplazaba mi llegada a la playa.
Me perdí a mi misma en todas las preguntas que tenía, en el plan que hacía en una materia que simplemente no entendía, parecía otro idioma, aún cuando he practicado esa clase de lenguaje con otros, anteriormente.
En tus labios era diferente y me sentía confundida, sin maestro, sin tutor. Seguro era una materia que no podría pasar.
No recuerdo a que hora llegaba, ni siquiera he sentido cuando la arena se atoró entre mis dedos de los pies, o como se ha quemado mi piel contra el sol, ¿cuánto tiempo he estado en el sol? ¿hasta que hora?
No recuerdo las semanas pasadas, ni siquiera recuerdo, ¿ha sido una o dos, o un mes?
Había olvidado lo que era sentir, porque deseaba sentirte y cada que tus labios besaban los suyos, aparecían un millón de maneras y todas eran para que fueran mis labios los que sintieran los tuyos.
Y entonces alguien me levantó entre sus brazos, me apretó la cintura contra su pecho con tanta fuerza que me obligó a sentir, me beso la mejilla y refresco mi nariz con una nueva fragancia.
Y me sentí confundida cuando sentí de nuevo, aunque era una sensación que parecía sentirse diferente al experimentarse contigo... con él.
Me siento culpable, peor porque el destino me ha jugado malas partidas, terrible porque estoy traicionando una parte de mi, una parte que no es mía.
Pero me encantó sentir, de nuevo, una vez más. Como al comienzo.
Camino lento, a trompicones, no sé como debo mantenerme en esta línea tan fina, ni siquiera cuando sostienes mi mano, quisiera que me guiáras por el camino pero justo cuando creí que entendía las reglas de este lugar, aparecí frente a ambos con una mentira.
El aire es demasiado fresco y por primera vez me fijo en la eternidad del borde de la playa, aunque sonrió estando en compañia de una nueva amistad.
Y no estaba en mis planes que me encontraran en planos tan amigables, aunque no sé que han entendido.
Estoy molesta, frustada. Parezco incapáz de darles una señal certera, será porque las líneas se han pintado en el suelo, y la última vez que miré han sido más de cuatro y sé que un par más han de ser agregadas.
No sé como se supone que debo actuar, no me comprendo, ni entiendo sus miradas. Podía leer un libro, tu rostro siempre me había parecido como un libro abierto, conociendo las bases, te das ideas de las oraciones pero, ¿cómo puedo leer tantos libros a la vez?
Sobre todo, cuando la pluma esta pendiente del cuaderno que reposa sobre mis piernas, aún con el obvio recuerdo de mís días bajo el sol, y con la fresca fragancia de un camino nuevo.
Nuevas direcciones.
Entonces espero, no pido que pueda conseguir las cosas a mi manera, parezco incapáz de pedir las cosas de manera adecuada, pero espero, que esa luz que hayan visto en mi mirada, sea lo suficiente como para que me den tiempo, tiempo de entender en que costa este camino y que una vez segura, me dejen caminar y perderme en el frondoso bosque que acompaña ese hermoso camino.
Si me acompañan, prometo no volver a la orilla hasta que esté cansada de andar.
Por que en esta ocasión me daré el lujo de sentir, de no perderme ni un solo detalle.

viernes, 11 de febrero de 2011

When she smiles, I get hitted by the shinning sun.

¿Cómo se supone que debo luchar? Tan siquiera intentarlo.
Sé que soy por naturaleza de un carácter terco, más terco que un árbol plantado que ha hechado raíces.
Lo sé y no me molesta.
Pero no puedo luchar, no contra ella.
Ella es como un sol, un enorme, brillante y cálido sol en primavera. Sucede después del frío, cuando has olvidado tan siquiera lo que es sentir.
Es una hermosa rafaga de cálidez que te embriaga, te llena y te obliga a disfrutarlo. Es genial, sobre todo después del frío.
Eres el sol.
Yo en cambio, ¿qué soy yo?
Soy una diminuta estrella brillando en el cielo, siempre acompañada de un millón más y no niego que me gusta esconderme, con esfuerzos, trabajo y estudio memorizaras mi presencia, la recordarás y podrá ser una estrella con significado.
Pero una estrella jamás se compararía a un sol.
El sol es capaz de apartar el invierno de nuestras mentes, de todas ellas y claramente, yo soy el invierno.
Soy esa finisma capa que cubre el suelo una y otra vez, de forma insistente. La que si no te cubres tu cuerpo, atacará con resentimiento cada parte a su paso, la que mordisqueara tus mejillas con frialdad, la que te puede helar en momentos y te deja seco, sin palabras.
Es capaz de hacerte olvidar sentir.
Y por primera vez, hoy, me agrada ser el invierno.
No siento recelo por la llegada del sol, incluso lo admiro, su extrema belleza pero no esperas que me apoye a su costado, jamás se podría coexistir de aquella manera, nunca.
Es nuestra naturaleza ser polos opuestos, la presencia de una daña a la otra, por más que uno pretenda ser indiferente.
Eres el sol, su sol. Mientras el invierno se posa en alguna parte del mundo, tu tienes que iluminarles y calentarles pero yo ocuparé otro sitio, donde les obligue a cubrirse del frío, donde mantenga en secreto a dos amantes protegiendose del frío, donde alguien me considere lo suficientemente hermosa como para desear morir en invierno.
Sé el sol, dejame ser el invierno.
Lo seré, lo soy. Mientras que exista alguien, no importa que no sea de mi sangre, pero que exista alguien que aprecie la hermosura del invierno.
La misma que con una fínisima capa de hielo, cubre los rastos de calor.

jueves, 10 de febrero de 2011

Memories from every hole I've fallen into.

Siempre me he preguntado, ¿qué buscas cuando miras en mis ojos? ¿qué encuentras? ¿qué deseas encontrar?
Me parece increíble que ella no te niege nada y estoy segura de que estoy lejos de poder entenderla, siempre lo estaré.
No lo quisiera de otra manera pero, no comprendo. Te mentiría al decirte que entiendo, y no lo hago.
Ella no te niega esas miradas, parece que ni siquiera lo nota y esta vez, mis preguntas se formulan en torno a ella.
¿Qué quieres?
Entiende, comprende lo que el se ha negado a si mismo, con tantas señales confusas creo que al estar en tu compañia, de alguna manera se ha negado la felicidad. El te entrega el mundo cada mañana y tu ni siquiera te molestas en mirarlo, ni tan siquiera con despecho.
Parece que siempre andas con tus aires de bailarina, tan ágil, hermosa, despidiendo ese dulce olor que a todos embriaga pero me parece imposible creer que, esos aires no cambian ni en su compañia.
Ante mis ojos, con su desesperada mirada en busca del calor, sí, así es; sus ojos te miran brillar cual estrella en el firmamento, cual sol entre los planetas y se ha herido la vista tratando de alcanzar ese calor, y por un momento pensé que se lo compartirías, ahora desmuestras lo contrario.
¿Careces de respeto o de interés?
No he sabido de alguien que le ceda miradas a otra y finalmente empecé a pensarlo, ¿porqué le dejas buscar algo más allá?
¿Es qué jamás planeas darle algo de vuelta?
Son tan obvias sus miradas, sus sonrisas torpes que me vuelcan el corazón pero al parecer a ti no te parece suficiente, siempre te muestras indiferente, incluso cuando la causa de su sonrisa, sea yo.
¿Lo ignoras o simplemente te da lo mismo?
Porque no sé como, ni cuando empezó a crecer en mi interior pero lo ha hecho, aunque haya tomado su elección.
No sabes como me gustaría pedirte que no lo lastimes pero creo que está en tu naturaleza el moverte sin mirar atrás.

viernes, 4 de febrero de 2011

I had never cried my eyes out over joy*

Todo mundo ha llorado, yo lo he hecho por tantas razones que me son incontables, si tan siquiera las recuerdo.
Las heridas duelen al comienzo, crecen en tu piel, penetran cada poro hiriendote, destruyendote.
Y con el tiempo el dolor disminuye, en ocasiones, no debe suceder siempre y sin embargo, la marca simplemente es algo físico, algo que algún día dirás... no recuerdo como sucedio.
Y hoy descubrí que jamás había llorado por felicidad.
Por coraje, por frustación, dolor, tristeza, miedo enojo y rabía. Sí, he llorado por esas razones, sintiendo mi sangre acumularse en mis sienes, el aire cortarse en mi garganta mientras mis mejillas ardían en fuego, quemando mi piel, consiguiendo obtener que lágrimas saladas humedecieran mis mejillas.
Pero conocer los sentimientos de tu corazón, es lo más sincero y hermoso que han visto mis ojos, ahora dudo incluso si conocía el significado de belleza, o de cualquier rama parecida, quizá no lo hacía, pero tú me lo has enseñado.

Bien sabes que no esperaba más que un comentario, el que te mantuvieras despierto tan tarde, después de un día de tantas labores, eso implicaba demasiado pero, ¿conocer tu corazón?
Todos esos sentimientos que me parecían... imposibles de inspirar en alguna persona.
Lo he causado en ti.
Y, ¿sabes qué? ¿deseas saber que has logrado?
Has conseguido que mis pestañas se empaparan, al igual que mis mejillas y sin embargo estas lágrimas no me dejaron heridas, ni marcas en mis mejillas, sino una cálida sensación que descansa sobre mi pecho, sobre mi corazón.
Quizá debería estar pensando en globos y regalos, deseos e ilusiones... no quiero globos, los regalos tampoco me parecen importantes. Nada material lo parece. Ni siquiera lo figuran.
Mis deseos e ilusiones se han recorrido, se han alejado, dejando su cabeza baja para dejar una única figura entre las multitudes, entre mis deseos, ilusiones, pasiones...
Todo cambió, se ha convertido en un solo deseo, una sola flama que late con la fuerza e intensidad de mi corazón, con la sangre y vitalidad de mi vida.
Un único deseo y pensamiento, un agradecimiento...
Como quisiera hacertelo saber, pero sería repetir algo que siempre has sabido. Siempre lo has tenido en mente y ha latido en tu corazón.

Que nada más importa más que tú.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Es un hecho reconocido...

Es un hecho reconocido que el hombre puede ser tan obvio como desee.
Esto depende claro, de la forma en que muestra sus sentimientos, -si decide mostrarlos-.
Entonces no me extraña el preguntarlo, ¿por qué arriesgarse?
¿Por qué arriesgarte?
¿Por qué caminaste hasta el borde del mundo en busca del paraíso?, probado la dulce fruta escondida entre los árboles, y asegurando de alguna manera tu lugar en el paraíso, ¿por qué deseas renunciar a ello?
¿Renunciaste a ésto para disfrutar de un amanecer, sentado al borde del acantilado, en mi compañia?
Entonces disculpame por mi incredulidad pues creo que arriesgas demasiado.
¿Qué acaso tus labios no enucuentran la saciedad con los dulces jugos de la manzana prohibida?
¿Ni aún con lo que ofrece? Ese rojo tan intenso, tan brillante, tan apasionado, nada comparado con la vista del resto de las pieles de las manzanas, incluso algunas demasiado verdes para florecer.
Tu la tienes al alcance de tu mano, al alcance de tus labios, incluso creo que se ha adueñado de parte de tu corazón. Y sin embargo te arriesgas.
Me he negado con demasiada fuerza y terquedad, me he negado un millón de veces a sentir aquella terrible sensación que aqueja mi pequeño y problemático corazón, sin embargo no me dejas, algo en tu mirada, en tu sonrisa, hay algo que me asegura no debo negarme.
Y no me niego, pero tampoco sucumbiré ante tu poder, ante esa atracción tan fuerte que siempre, siempre estará fuera de nuestras manos.
Permaneceré donde estoy, completamente segura desde donde este, así deba presenciar aquellos desfiles gratuitos patrocinados por tu compañia y también aquellos saludos, esas sonrisas, esas cortas platicas.
Debes estar seguro de que estaré ahí, al borde del acantilado, sentada siempre bajo la sombra de un árbol pero también debes saber, no es tuya la única compañia que deseo.
Es un hermoso amanecer, una puesta de sol, un atardecer. Una vista que aprecio con diferentes compañias.