jueves, 17 de marzo de 2011

Sobre lo sucedido cuando entre la arena, encuentras un trozo de cristal.

1. Todo el mundo tiene miedos, frustaciones & deseos.
2. La mayoría de las veces, tememos a algo que vivimos en carne propia o que alguien tuvo la amabilidad o el descaro de explicar, de detallar para nosotros. Nos frustamos cuando una persona se impone ante nuestros objetivos y esos objetivos, en algún punto, siempre son deseos.

¿Dónde demonios entras tú?

Cuando me sentí en lo más levemente incinada hacia lo extraño, hacía lo diferente, he de confesar que jamás creí que en algún momento pudiera traerme problemas.
Desearía volver a mi misma el día en que considere eso, fue una mentira. Me ha traído un infierno de problemas.
¿Qué me hizo pensar que tú, serías la excepción?
Creo que de todos, eres mil veces peor. Tal vez también has sido el mejor.
Pero el problema es que tú no juegas con mi cabeza, ni siquiera parece interesante averiguar que pasa por mi mente.
El problema ya no es saber si estás interesado; sí eres diferente, eso es cierto.
¿Por qué tu no buscas la respuesta en mis actos? Tan solo me miras a  los ojos y me siento torpe, inútil.
No comprendo ni una palabra de lo me dicen tus ojos.
Ni aunque se acompañen de sonrisas, de bromas, de trabalenguas que se tragan las palabras.
Eso no vale contigo.
Es posible decir... tal vez... Ah, he de aceptarlo.
Hasta ahora, creo que eres la única persona cuya mente es en lo más mínimo parecida a la mía.
Confusa pero ordenada a su manera, extraña, algo tan desconocido que te impulsa a retroceder.
Y a mi me ha impulsado hacia adelante.

jueves, 3 de marzo de 2011

Eterno Invierno.

Abres los ojos por la mañana y miras el sol cegador, reflejado en la nívea cubierta de la nieve blanca, escuchas ese sonido al caminar, envuelta protectoramente por una enorme chaqueta color negro, una que no recordabas tener y mucho menos comprar, te envuelve y te mantiene viva.
Caminas sin detenerte a fijarte en lo que sucede al rededor, tan solo caminas, escuchando el sonido de tus pasos sobre la nieve que cubre las calles, mientras sientes un suave golpeteo en el pecho.
¿Qué es? Tu hermosa camara colgando de un cordón a tu cuello, tan frágil, tan realista.
Basto un segundo para descubrirla para que la levantes entre tus manos y comiences a capturar tu entorno entre tus manos.
Detente, escucha; pisadas. Pisadas demasiado cerca... qué?
Giras sobre tus talones, curiosa, sientes la adrenalina golpearte.
Y encuentras su rostro, lleva una chaqueta negra, demasiado delgada.
"¿Qué haces tu aquí?"
"Nada... vengo a caminar"
"¿A caminar? ¿No te estás muriendo de frío?" No te responde pero sus ojos te dan la respuesta. Parece que un estremecimiento le acompaña.
No necesitas más, estan caminando de nuevo, tampoco recuerdas cuando retomaron su caminata pero van hombro con hombro y sientes su mano rozar, tensa.
Resumes la historia y le tomas la mano, la envuelves y la rozas con tus dedos.
"Así jamás va a funcionar" resuelves en unos segundos, frunciendo los labios.
El te sonríe, parece nervioso y agradecido. Se detienen de nuevo y el te toma de la mano, la levantas y ahuecas la manga, el encuentra el camino hasta el interior de tu manga y sus dedos acarician tu muñeca.
"Algo como esto, puede empezar a funcionar"
¿Cómo es que su tacto es cálido? Debía estar helado y eso para comenzar, eso no se parece en absoluto a la sensación que te provoca en la piel, su cálidez...
Apartas la mano bruscamente y le pasas los brazos por el cuello, estrechando tu cuerpo contra el suyo.
Quizá era extraño, abrazarte cuando te cubren tantas capas de ropa y sin embargo, sus brazos se esfuerzan y te envuelven con cariño, con delicadeza pero buscando la manera de acercarte más a su cuerpo.
Vuelven a andar por las calles, miras esa pared blanca, contrastante con la nieve, con una luz que desea imitar su color y por el medio, un árbol que desentona por completo.
Un pequeño árbol profundamente verde, el cual miras por detrás de la mira de la camara y cuando aprietas el botón, el flash cega toda la luz.
Y vuelves a la realidad.