jueves, 3 de marzo de 2011

Eterno Invierno.

Abres los ojos por la mañana y miras el sol cegador, reflejado en la nívea cubierta de la nieve blanca, escuchas ese sonido al caminar, envuelta protectoramente por una enorme chaqueta color negro, una que no recordabas tener y mucho menos comprar, te envuelve y te mantiene viva.
Caminas sin detenerte a fijarte en lo que sucede al rededor, tan solo caminas, escuchando el sonido de tus pasos sobre la nieve que cubre las calles, mientras sientes un suave golpeteo en el pecho.
¿Qué es? Tu hermosa camara colgando de un cordón a tu cuello, tan frágil, tan realista.
Basto un segundo para descubrirla para que la levantes entre tus manos y comiences a capturar tu entorno entre tus manos.
Detente, escucha; pisadas. Pisadas demasiado cerca... qué?
Giras sobre tus talones, curiosa, sientes la adrenalina golpearte.
Y encuentras su rostro, lleva una chaqueta negra, demasiado delgada.
"¿Qué haces tu aquí?"
"Nada... vengo a caminar"
"¿A caminar? ¿No te estás muriendo de frío?" No te responde pero sus ojos te dan la respuesta. Parece que un estremecimiento le acompaña.
No necesitas más, estan caminando de nuevo, tampoco recuerdas cuando retomaron su caminata pero van hombro con hombro y sientes su mano rozar, tensa.
Resumes la historia y le tomas la mano, la envuelves y la rozas con tus dedos.
"Así jamás va a funcionar" resuelves en unos segundos, frunciendo los labios.
El te sonríe, parece nervioso y agradecido. Se detienen de nuevo y el te toma de la mano, la levantas y ahuecas la manga, el encuentra el camino hasta el interior de tu manga y sus dedos acarician tu muñeca.
"Algo como esto, puede empezar a funcionar"
¿Cómo es que su tacto es cálido? Debía estar helado y eso para comenzar, eso no se parece en absoluto a la sensación que te provoca en la piel, su cálidez...
Apartas la mano bruscamente y le pasas los brazos por el cuello, estrechando tu cuerpo contra el suyo.
Quizá era extraño, abrazarte cuando te cubren tantas capas de ropa y sin embargo, sus brazos se esfuerzan y te envuelven con cariño, con delicadeza pero buscando la manera de acercarte más a su cuerpo.
Vuelven a andar por las calles, miras esa pared blanca, contrastante con la nieve, con una luz que desea imitar su color y por el medio, un árbol que desentona por completo.
Un pequeño árbol profundamente verde, el cual miras por detrás de la mira de la camara y cuando aprietas el botón, el flash cega toda la luz.
Y vuelves a la realidad.

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