martes, 21 de febrero de 2012

Dos Caras.

Sin poder evitarlo, reparé que ya las miraba con reproche, a las tres chicas lindas y de apariencia inocente que sabía eran lo opuesto.
Habían dejado su inocencia detrás, de haber existido.
No quería mirarlas de esa forma pero las tres se miraban entre ellas, incluso me sentía apartada, estando apenas un sillón frente a ellas, mirando esas sonrisas de dientes perla que fingían alegría o de ser un sentimiento honesto, no comprendía su razón.
No eran más mis amigas, eran pequeñas desconocidas, como un recuerdo que no terminas de recordar salvo que ellas se veían tan peligrosas como avispas con un agijón.
Incluso sentí cierta inclinación hacía los insectos, por un momento dando la apariencia de ser menos dañinos.
Repentinamente, me encontraba buscando desesperadamente un escondite, un pretexto; una salvación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario