lunes, 5 de diciembre de 2011

Strangers, familiars and feelings unknown.

Tan solo me preguntaba: ¿qué estabas pensando?
Lo peor es que no parece una pregunta de aquellas donde jamás consiguiría una respuesta, es en cambio una pregunta donde la respuesta la llevo en mi interior, cargandola por todos lados, todos los días y solo pretendo ignorarla.
Hasta que ha subido demasiado, cada esquina donde de vuelta, ahí está y en el patio y en la radio y...
Y debo aceptarla, un segundo he de parar y su suplica escuchar.


Estoy incómoda con ustedes, jamás creí que rostros tan familiares se tornaran tan extraños y desconocidos en una semana así como, extrañamente, un rostro tan desconocido se siente familiar.
Es verdad, cada palabra tiene sentido y razón, me siento... ¿rechazada?
Ah, ni siquiera lo sé. Siento que me han hecho del lado y en ese espacio diviendonos, ha crecido un abismo, un hueco que ambos lados han necesitado llenar.
Creo que por el historial que he tenido contigo, mi buena amiga, me niego a olvidar todos esos momentos donde en el silencio podía fluir una antología completa, un código en un lenguaje que solo nosotras somos... éramos capaces de comprender.
Pero ahora no. Ahora los silencios son solo silencios y tus huecos también se han rellenado con vehemencia e insistencia.
Él. No sé, ni siquiera creo reconocerlo pero para mí, para mi el no tiene valor -¿cómo habría de tenerlo si jamás lo has mencionado?- no tiene relación y ante mis ojos, él es la razón por la que me marco aún más distante.
Él es parte de este otro mundo paralelo del cual no comprendo nada, donde mis visitas en vez de placenteras son más bien un martirio.

De mi parte, ella y él. Ah. Ella es diferente, si, lo sé, su carácter será más dificil de comprender y por esto, asemeja el mío y le hace fácil de llevar.
Él. No sé si hay más dicha o más desgracia en mi ser por él, por que él significa tanto para mi, incluso si lo hace de una forma extraña, incomprensible... eso es lo triste, lo desgraciado, lo es incomprensible para ti porque me has quitado la oportunidad de decirte el porque de que.
Aunque supongo que yo tampoco la he buscado con esmero.

Quisiera decir que no soy la clase de persona que se rinde, que esta sensación puede ser como la anterior, puede que este distanciamiento tan frío que nos he dado de nuestra amistad, puede que todo vuelva, en un punto, a la normalidad.
Pero está este otro lado, donde no veo ninguna solución, donde siento más cercanía de mirar a este muchacho a los ojos con una sonrisa que de mirarte a ti, cuando los meses se han unido desde el día en que me volví familiar a ti.
No sé, no quisiera abrumarte con estas sensaciones que se han hecho de mi pero sabes lo imposible que me es tan solo ignorar las cosas, siendo tan lantentes como el calor de una llama, tornandose en una herida o el frío demasiado helado, donde simplemente has dejado de sentir.

Los cambios se han hecho, las oportunidades se han presentado.
Hundirse se da con mayor fácilidad, sin deseos de ninguna de las partes. ¿Salvarse? Si ambas partes muestran interés en rescatarle, no existe fuerza más grande para salir adelante.

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