jueves, 16 de junio de 2011

People do belong to each other.

Queridos lectores:

Primero que nada lamento mis ausencias, lo sé, no soy la blogger más constante que existe.
Es que el problema ha sido que desde hace como mes y medio, una hermosa semilla dió frutos en el jardín, una oportunidad.
Entre los rosales crecieron las rosas y entre estas encontré espinas.
¿Debería agradecer la presencia de las rosas y sus espinas o detestar que las espinas esten en las rosas?

De nuevo me refiero a ti; ¿tienes idea de cuantas entradas, ideas, pensamientos, lágrimas te he dedicado?
Ya no sé que hacer, no lo comprendo.
Sí está en mi naturaleza rendirme, ¿por qué aún no me rindo contigo?

Sé que tenías miedo de mi ausencia. Yo por mi parte, no temía, no creí que las cosas fueran a cambiar. Estaba emocionada, alcanzar el sueño, tocarlo, acariciarlo. Vivirlo.
Creía que sí me querías demasiado, lo suficiente, como siempre lo mencionabas, me esperarías.
Prometiste hacerlo.
¿Entonces porque no he recibido aquella bienvenida?

Desde el inicio todo fue mal. Contigo. Te molestaste cuando te lo dije, ni siquiera me has explicado porque. ¿sabes que dolió?
Egoísta. Eres un egoísta. No sé que me consideras, no sé como me valoras. Ni siquiera sé si lo haces.
Soy un humano, incluso cuando esté atrapada detrás de un horrendo cristal, incluso donde mi voz sean letras mudas pero ¡sabes que el sentimiento jamás pudo ser más sincero, más apasionado!
¡Jamás te mentí! Por mucho que ni siquiera me lo creas. Soy yo, así soy. A veces mala, a veces grosera, altanera, orgullosa. Romántica y melosa hasta el olvido. Sensible y libre.
Y ni siquiera tenías que atraparme para que yo decidiera levantarme sobre tus hombros, aferrarme entre tus brazos.

No soy una persona física. ¿Y qué? No puedo tocarte. Lo sé, al inicio me ha costado bastante aceptarlo. Sé que quizá eso no pueda ser suficiente por siempre pero, ni siquiera hemos comenzado como para dejarlo terminar.
Aunque ahora creo que necesitas algo firme, algo material y táctil. Algo que puedas acariciar con tus dedos.

¿Incluso cuando yo, invisiblemente he tocado tu corazón?

No sé ni siquiera como llamarte. Me importa poco si dices que te molesta que me disculpe, me disculpo. Disculpame por quererte como lo hago, por ser honesta. Por aceptar y caminar para romper esas limitaciones. Por ser paciente y esperar. Por cerrar los ojos y dejar de buscar.
No creí que fuera necesario.
Pero sí eres egoísta, por no creerme. Sí dije que estaría contigo, lo haré hasta que deje de hacerlo. ¡Sí eso fuera tan siquiera posible!
Ahora no sé que pensar, extraño contigo ¿verdad? No sé que quieres, no sé que debería querer yo misma.
No soy una persona ni lógica ni racional y en mi mundo de anormalidades, tu y yo eramos un conjunto normal.
Como la noche después del día, como el agua, como la tierra. Palpables, existentes. Hermosos.
Era tuya, de tu pertenencia y ni siquiera lo pediste. Bravo, ahí fue donde he errado. Por hacerme pasar de alguien cuando ni siquiera, ni en tanto tiempo, he sabido sí tú deseas lo mismo.
Pertenencia. Cariño. Mi amor.

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